ENTREVISTA

-Por favor, ¿podríamos empezar por aclarar ese galimatías de la entrada?
-Yo tenía, allá en Córdoba, un amigo que se llamaba Matías Gali. Es la única relación que encuentro con lo que has dicho. Y me da la impresión que no te ayuda mucho.
-Pues no. Reconozca que es sólo un juego de palabras, en el que ha invertido y separado el orden.
-Y donde he logrado que también cambie el significado. ¿No es verdad?
-De acuerdo. Si prefiere decirlo así. Pero no sé por qué le estoy siguiendo el juego. Si trata de decirme algo, no lo entiendo.
-Ya veo. Probemos de otra forma: ¿Qué problema tienes con el título?
-Que son tres palabras sin relación. Una pregunta y dos negaciones.
-¿Has estudiado filología…?
-Sí. Pero no creo que eso sea necesario para…
-No, no… Todo lo contrario. Pobre muchacho. Parece que esa carrera os lava el cerebro. Por lo pronto, seguro que no incluye una materia llamada El Placer de Leer. Todos con un diccionario y una cinta métrica bajo el brazo. Qué pena. Vamos a dejarlo. Tú decías que…: Una pregunta y dos negaciones. No lo había pensado bajo esa óptica. Es casi una definición de la vida. ¿Tampoco estaría mal, no? Pero, bien, seamos serios: Has leído mal. Para ser pregunta debería estar acentuada. Y para ser tres palabras sin relación, deberían estar separadas por guiones. Una lectura correcta te diría que es una oración, con verbo, sujeto, y predicado.
-¿Donde nadie nada…?
-Si le quitas la interrogación, sería exactamente una de las dos posibles lecturas.
-¿Dos posibles…? ¿Y cuál es la correcta, o la que usted elije como correcta?
-Ambas. Aunque debería aclararte que no fui yo el de la idea. Nadie se inventó eso.
-¿Cómo que nadie? Usted está jugando conmigo.
-Bueno… La de jugar tampoco parece que fuera una materia que te gustara mucho. Si quieres, declaro solemnemente que no hay el menor matiz de burla en esto. Pero deseo de jugar sí. Siempre y con todo. Jugar es algo muy serio, ¿sabes? El mundo está sufriendo las consecuencias de no hacerlo. Nos estamos destruyendo de puro aburridos. Anda, relájate y acepta el juego. Siempre estarás a tiempo de cansarte y mandarme a la mierda.
-¡Yo no he dicho eso!
-Claro que no. Lo he dicho yo. ¿Volvemos a donde nadie nada?
-Volvamos. Como lo ha dicho ahora podría significar un lugar, donde la gente no va a nadar.
-¡Bien…! ¿Y si digo donde Pepe nada?
-¡Pepe es un nombre!
-¿Y Nadie no? Antes que lo niegues, te informaré que tengo un amigo, en cuyos documentos figura Deo Gracias como nombre. Creo que en latín deo es doy, o damos. Es una frase usada en la liturgia de la misa. Y opino que mucho más raro y caprichoso que Nadie. Sin olvidar la justificación literaria de este último.
-¿Justificación literaria…? ¡Aah, ya sé…! Usted se refiere al nombre que le da Ulises al Cíclope, antes de cegarlo.
-Dos puntos más para ti. Has leído la Odisea, y hasta recuerdas algunos pasajes.
-Es que ése me hizo mucha gracia. La rapidez mental y la picardía del héroe.
-El más universal y eterno de los héroes. El más real y contemporáneo, con cuatro mil años de edad. El único que tiene todas las facetas: que es bueno y malo, valiente y cobarde, torpe y hábil, precavido y arriesgado… En definitiva, el hombre normal enfrentado a sus circunstancias. No puede pasar de moda, ni envejecer. Siempre nos veremos en él.
-Me ha dado ganas de leer otra vez la Odisea.
-Sólo por eso, valdría la pena haberte llevado a jugar. ¿Lo entiendes?
-Creo que sí. Perdóneme por haberme enfadado un poco al principio. Es verdad que pensé que se estaba burlando de mí.
-Disculpa entonces tú, si te di esa impresión. No estoy aquí para burlarme de nadie. Puedo criticar, o disentir, o ironizar, pero la burla es un bajo recurso, en el que espero no caer. En el juego, a veces, picas al de enfrente, buscando motivarlo, llevarlo a una respuesta que incremente el desafío alegre de la habilidad, la inteligencia. Es un recurso más, para evitar el aburrimiento de sólo imponer tu discurso, que es el mayor de los aburrimientos. ¿Comprendes? Se trata de jugar, no de competir. Ya sé que soy yo el entrevistado. Pero necesito que me des juego. Que tú también juegues.
-No sé si sabré hacerlo.
-Prueba a ponérmelo difícil. No imposible. Difícil.
-Vale. ¿Por qué dijo que nadie había inventado la frase?
-No dije que nadie la había inventado. Dije que Nadie la había inventado.
-¡Ya me está…! Vale, vale…, lo he captado: Nadie es el nombre de quien ha inventado la frase. No me mire con esa cara. He tardado, pero llegué. Reconozca que el juego se prestaba a la confusión.
-Aceptado. Le encanta estar poniendo siempre a prueba al lector. Dice que ya bastante lo está estupidizando el sistema, y los medios como internet. Según él, el mayor respeto al hablar con alguien es tratarlo como a un ser pensante, y no como a un niño bobo.
-¿Y esconderse tras ese nombre es una forma de respeto?
-¿De dónde sacas que se esconde? Yo diría que se muestra en toda su realidad. Lo que está haciendo es reconocerse como Nadie. En esta sociedad o eres alguien, o eres nadie. Y él, por ahora, sabe que es lo segundo. Que no importa lo bien, regular, o mal que escriba. Porque entre otras cosas, nadie va a leer a alguien que es nadie. Mientras la estructura comercial –y sólo por razones comerciales-, no lo muestre, nadie sabrá siquiera que existe. La supuesta estructura cultural, digamos críticos y difusión por los medios, funciona a base de dinero, no de cultura. O sea: hablan de lo que les pagan por hablar. Y generalmente dicen lo que les dicen que digan quienes pagan. Se da el caso que Nadie es un pobre escritor. Incluso contempla la posibilidad de ser un escritor pobre. No estoy seguro si es sólo falsa humildad.
-Disculpe el salto, pero entonces usted es…, el Elejota.
-¡Oh, me vas a hacer enrojecer! ¡Has hojeado El Invitado!
-No lo he hojeado. Lo he leído. Soy un entrevistador pobre. No tengo negros que me hagan un resumen.
-¡Dos puntos más para ti! Por haberlo leído y por la respuesta. Te estás creciendo con el juego.
-Gracias. A ver si acierto con la siguiente: Si usted es el Elejota, y Nadie el escritor, Nadie es el Coso.
-Tres puntos.
-Espere, que también entiendo ahora el poemita del encabezamiento. Es feliz porque nada en una cala a la que no va nadie.
-O casi nadie, para ser justos. Como decimos en Argentina: menos bulto, más claridad. Sí, por desgracia esas playas están casi desiertas. El arte y la cultura, que no precisan de marketing para serlo, son frecuentadas por muy poca gente en el mundo entero. Cosa que no es exclusiva de nuestra época, pero en cuya idiotez cada vez se progresa más.
-Ahora, hay algo en lo que no sé si estoy de acuerdo: El autor tiene ya tres libros publicados. De alguna manera deja de ser un Don nadie.
-No te lo creas tan rápido. Con enorme sacrificio –además del de la escritura-, ha tenido que pagar de su bolsillo esa impresión y publicación. El sello editorial en que lo hizo tiene una cierta trayectoria, pero pertenece al grupo de pequeñas editoriales que sobreviven con el margen que les deja el presupuesto cobrado a cada escritor. Y, evidentemente, no cuentan con presupuesto para promocionar a sus autores. Por lo tanto, sigue sin conocer casi nadie la existencia de esos libros. Justamente este blog –también financiado por el autor, claro-, se ha hecho a sugerencia de la editorial, para intentar lo imposible a través de internet. Nadie se lo ha tomado como otro juego más. Para que nadie pueda decir que él no hace su parte. Y me vas a perdonar, pero hemos sobrepasado un tanto el tiempo que concertamos al principio. Las obligaciones laborales me llaman. Si quieres quedamos para la semana que viene.
-Sí, me gustaría. Casi no he tocado el cuestionario que traía.
-Hasta entonces pues.