Galeano: Libro de los abrazos.

 

Proverbio africano: “Hasta que los leones tengan sus propios historiadores, las historias de cacería seguirán glorificando al cazador.”

 

        Hermoso proverbio. Aunque incompleto, y tendiente al equívoco. Historiadores de los leones, o leones historiadores, ha habido siempre. Sólo que constituyen la pieza más perseguida por los cazadores. Y si alguno escapa, se encuentra con que también las editoriales y el Mercado pertenecen a los del fusil: “Sea realista, amigo. Abandone esa leonina pureza. Usted se desmelena de honestidad y romanticismo. Pero está equivocado. Es al revés: Nosotros no publicamos, ni vendemos, lo que usted escriba. Es usted quien tiene que escribir lo que nosotros publicamos y vendemos. ¿Va entendiendo la ley de esta selva? ¡Parece mentira, che! Vaya…, córtese el pelo, y alguna otra cosa, y dentro de un tiempo hablamos.”

 

        ¿Y los lectores…?

        Los lectores no saben, no contestan.

        Ese rebaño –bée, bée- tiene pánico de conocer su propia historia, en la voz del león.

        Un león cineasta filmó “No es Mundo para Leones”, pero en extrañas circunstancias desapareció él y su film. Dicen que la adaptación plagiada ganó un premio importante. Y que al protagonista se empeñaron en peinarlo como un león castrado.